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Noticia

21 Diciembre 2011

Aclaraciones necesarias en torno a la TDT y el ‘dividendo digital’

El dividendo digital es el proceso por el cual los canales de la TDT deberán desalojar las frecuencias que actualmente ocupan en la banda de los 800 megahercios y trasladarse a una zona distinta del espectro radioeléctrico. De este modo quedará libre la banda ideal para el despliegue de nuevos servicios de  telecomunicaciones, fundamentalmente servicios avanzados de telefonía móvil, Internet en movilidad, etcétera, para los que se prevé una fuerte demanda en el futuro inmediato.

En torno a este proceso, que deberá estar completo antes de 2015, está empezando a haber
bastante ruido, en forma de informaciones que en algunos casos son interesadas y, en otros,
inexactas o controvertidas. Ante esa desinformación, de la cual es víctima tanto el instalador como el
ciudadano de a pie que no necesariamente conoce de la jerga del sector, es necesario tener claras algunas
ideas básicas, de cara a elaborar y defender nuestros argumentos.

1. El proceso de transición a la TDT ha sido ejemplar.
En primer lugar, hay que recordar que la televisión de la que hoy disfruta prácticamente el cien por cien de la población española, la televisión digital terrestre (TDT), es un enorme logro. Fruto de una importante inversión pública y del trabajo de varios años en los que las administraciones, la industria de las telecomunicaciones y los radiodifusores sumaron fuerzas de manera ejemplar. Hoy la TDT ofrece una amplia oferta de contenidos que llega a todos los
rincones del país, incluso a áreas de orografía muy compleja en las que antes no era posible ver la televisión analógica. Responde, además, a la realidad político-administrativa del Estado, con canales de ámbito nacional, autonómico y local. La TDT cumple así con su papel de servicio público, universal y, no lo olvidemos, gratuito.

Este proceso de implantación de la TDT, en el que España se adelantó a la mayoría de los países europeos y que es una referencia internacional, se completó brillantemente utilizando
para ello la mejor tecnología disponible. Se combinaron soluciones técnicas que, junto al despliegue de redes terrestres, incluyeron la utilización de la recepción por satélite en aquellos casos en que era inviable el despliegue de las primeras, y  siempre como complemento de la cobertura.

2. El ‘dividendo digital’ es un paso más, bien programado, dentro el proceso que permitirá poner al alcance de los ciudadanos los servicios de telecomunicaciones que el avance  tecnológico hace posibles.
El dividendo digital es un paso más en este proceso para poner al alcance de los ciudadanos los servicios de telecomunicaciones que el avance tecnológico hace posibles. Lejos de suponer falta de previsión por parte de las administraciones o la industria, la liberación de espacio en el espectro radioeléctrico es un logro de los radiodifusores, que han sido capaces
de implantar sistemas más eficientes. Responde, además, al desarrollo de la telefonía móvil y se ordena según las directrices de la Unión Europea. Directrices que afectan a todos los
países miembros y que tienen por objetivo optimizar el uso del espectro y poner a disposición del sector todas las frecuencias disponibles.

Llegados a este punto es necesario recordar que el proceso del dividendo digital no tendrá coste alguno para los ciudadanos ni para los radiodifusores. La Ley 2/2011 de 4/3 “de Economía Sostenible”, en su artículo 51 establece que “los costes derivados de la reorganización del espectro radioeléctrico necesaria para liberar la banda de frecuencias de 790 a 862 megahercios serán sufragados por la Administración con los ingresos obtenidos
en las licitaciones públicas que se convoquen para asignar el espectro liberado”. Este compromiso ha sido reiterado en numerosas ocasiones por el Ministerio de Industria.
Igualmente, las molestias para el ciudadano de la reasignación de frecuencias de los canales de la TDT serán mínimas. En muchos casos bastará con resintonizar el televisor por medio del mando a distancia. En otros sí será necesario recurrir a un profesional que actúe sobre la antena o sobre las cabeceras de distribución pero siempre, como se ha indicado, sin que ello suponga coste alguno para el usuario.

Para terminar, y no menos importante que lo anterior, hay que decir que en la medida en que supone la apertura de un espacio para el desarrollo de nuevas oportunidades de negocio y servicios, el dividendo digital contribuirá al crecimiento económico, a la generación de nuevos empleos y al incremento de la  productividad. Según cálculo del Ministerio de Industria su
impacto económico positivo será de entre12.000 y 16.000 millones de euros.
3. Todos los profesionales de este mercado debemos defender en nuestro nicho de mercado la solución de la TDT y el dividendo digital, frente a la opción del suministro del contenido por satélite.

Creemos que la mejor manera de cumplir con dicho objetivo es resumir las ventajas y desventajas que ofrecen los dos principales modelos, TDT y SAT. Se exponen en el cuadro comparativo que adjuntamos.

4. Los principales argumentos esgrimidos por algún operador de satélite contra el procesode la TDT y el ‘dividendo digital’, y la necesidad de rebatirlos.
Los actores interesados que se están posicionando en el debate sobre el dividendo digital y abogando por la transmisión vía satélite basan su discurso en torno a dos argumentos principales que deben ser rebatidos con los correspondientes contraargumentos:

· Argumento 1:
Se asegura que ha habido poca planificación en la TDT, lo que obliga ahora a realizar el proceso de migración de frecuencias para dar cabida al Dividendo Digital.
Contraargumento: La replanificación de frecuencias es un hecho necesario para el mejor aprovechamiento de los recursos del espectro ante los continuos avances tecnológicos y la mayor demanda de estas frecuencias, siendo estos cambios, como se ha vivido en los últimos años, mucho mas habituales en las
transmisiones vía satélite que en las transmisiones vía terrestre.

· Argumento 2:
Se habla de “inestabilidad tecnológica” para atacar los  supuestamente continuos cambios de modulación terrestre, de PAL a digital (COFDM), y la previsión a la evolución COFMD2.
Contraargumento: En este caso, la realidad es que la televisión terrestre ha hecho un solo cambio en 50 años, de PAL a COFDM. Por su parte, en los 15 o 20 años que hay recepción por satélite en España, ha cambiado su modulación de analógico a DVB-S y de nuevo a DVB-S2. Cada cambio de modulación ha generado un parque de receptores de satélite obsoletos.
Y lo mas importante: La distribución de señales de televisión en edificios y comunidades es mucho mas compleja y costosa para las transmisiones vía satélite que para las transmisiones  terrestres ya que, o bien requiere la modificación de la distribución de las instalaciones (al utilizar frecuencias mas altas) o requiere la instalación de cabeceras también mucho mas costosas y complejas.
Por otra parte, es importante destacar que, una vez realizado el dividendo digital, la TDT permitirá total ubicuidad de servicio, a través de cualquier terminal en movilidad, cosa que no sería a posible con la distribución satelital.